El libro vale 7, 12 euros en amazon
http://www.amazon.es/Bosquejo-Una-Metaf ... ap_title_0En el resumen del libro tb dice:
"Bosquejo de una metafísica del videojuego responde al creciente interés que el videojuego está despertando como objeto de análisis interdisciplinar entre historiadores del arte, sociólogos y filósofos. Aunque no tiene entre sus objetivos la crítica de videojuegos, puede también aportar criterios útiles para esta labor. El libro no pretende, sin embargo, estar destinado directamente a los jugadores, sino a aquellos interesados en la reflexión sobre el videojuego"
Y yo como que los sociologos y demas pienso que tienen una vision distorsionada de la realidad pues ya sabeis.
podeis leerlo por encima en gogle, pero no os lo recomiendo, salvo que os hayais fumados unos canutos en compañia de unos colegas o podeis quedaros alienados:
http://books.google.es/books?id=sJMmDnG ... go&f=falseLo dicho algo explicado por personas que se creen con la razon absoluta... visto desde un punto de vista elitista y distanciado de la realidad..
por cierto claro que no necesito tener un cancer para saber sobre el, pero si encima no he trabajado con enfermos de cancer, mis conocimientos solo son en el plano teorico.....
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-- Actualizado 02 Jun 2013, 12:27 --
Bien aqui he encontrado el libro completo por si quereis leerlo:
lo de Pacman al principio, es pa mear y no hechar gota!!!!
http://www.academia.edu/2348381/Bosquej ... videojuego.
-- Actualizado 02 Jun 2013, 14:57 --
bueno aqui teneis lo de PAC MAN
Preludio(rondo burlesque): Pac-man y la Pulsión libidinal irresoluble
Antes que nada, la Boca.Una boca que come y come y no puede sino comer. PorquePac-man es la pura boca, sin ojos, sin nariz, sin orejas, sin brazosni piernas. No ve, no huele, no escucha: sólo es boca, sólo es la pura voracidad. Y si se mueve, lo hace únicamente en virtud deese afán que le arrastra, de ese Hambre del que es abstracción conforma de spriteanimado.
Pac-man es el deseo reducido a sí mismo: el ansia de tragar.¿Y qué come, este Pac-man? Come pastillitas blancas.Pastillitas todas iguales unas a otras, que no le sacian ni puedenhacerlo. Como Pac-man es pura boca, como su esencia es eltragar, la pastillita no podría saciarle sin acabar con él . Así quela pastillita tiene que ser eso, pastillita, desproporcionadamente pequeña respecto al tamaño de Pac-man, pastillita por definición insufciente y mera excusa para el Hambre de Pac-man, porqueel Hambre, al fin y al cabo, tiene que serlo de algo. La pastillita es el minimum del deseo: lo suficiente para que el Hambre tenga objeto, pero no tanto que logre ser saciado. Esto es: la cantidad justa para que, continuamente excitado, perdure. Cada pastillita conduce inevitablemente a la siguiente. El acto de tragar de Pac-man sólo encuentra consuelo en su propia repetición.
Pac-man es el deseo reducido a sí mismo, pues, que sólo puede sostenerse como compulsión indiferente a su objeto. Ansia de tragar, decíamos, pero ansia delactode tragar, no deaquelloque se traga.
Esta Hambre de Pac-man, este Hambre que esPac-man es el impulso siempre hacia adelante: sólo la pared detiene momentáneamente su marcha. Porque, ¿dónde se encuentra Pac-man? En un laberinto, simétrico respecto a la vertical,completamente cerrado sobre sí mismo. Las dos aberturas de los laterales, a izquierda y derecha, que parecen una vía de escape,no hacen en realidad sino dirigir la una a la otra: si Pac-man sale por la derecha vuelve al laberinto por la abertura de la izquierda,y viceversa. Y es que el laberinto remite en todo momento a sí mismo. Pac-man está condenado a circular por él sin descanso.Pac-man está encerrado. Pac-man no puede escapar. Pobrecito Pac-man. ¿Qué le queda a esta bocaza insaciable? Comer, comer,comer. Repetir hasta la extenuación el acto de tragar, en un escenario vuelto hacia dentro, curvado hacia sí mismo, donde no existe la posibilidad de salida, de un afuera, de algo otro.
Pac-man es el deseo reducido a sí mismo, condenado a larepetición compulsiva para sostenerse y atrapado en el espacio dela interioridad. Ansia del acto de tragar, en suma, que se efectúaen el ámbito del puro yo.
En este espacio recluido sólo hay un lugar inaccesible, ensu mismo centro, para Pac-man: la guarida de unos fantasmasque le persiguen con el mismo afán con que él necesita tragar pastillitas. Pero cosa natural es en un fantasma perseguir : pues si el fantasma es algo en el imaginario colectivo, es una culpaque exige reparación. La cuestión es más bien: ¿por qué unos fantasmas, y no más bien monstruos peludos? ¿Cual es, aquí, la culpa que exige ser reparada? Pac-man quiere saciar su Hambre tragando lo que encuentra a su paso en un espacio ajeno atodo lo que no sea él mismo: el Hambre de Pac-man quiere ser autosuficiente, resolverse en sí mismo y consigo mismo. Quiere ser el deseo que se autosatisface, necesidad que encuentre en sí su propio cumplimiento. El Hambre de Pac-man es la primera hybris del mundo cibernético: si Esquilo levantara la cabeza.Pero como si de las Euménides se tratasen, los fantasmas buscan el castigo de esta tremebunda arrogancia. Si Pac-man es ante todo Bocaza, los fantasmas están caracterizados por sus Ojazos:ojos que buscan a Pac-man entre las paredes del laberinto y ojos que huyen cuando son devorados por él. ¿Pac-man quiere realizar el Puro Deseo que se Autosatisface? Sea. Pero ello (ysólo consiguiendo un simulacro de tal deseo) a costa de negar al Otro, cuya manifestación primera es la mirada. El Otro, negado,reprimido, retorna como fantasma con Ojos, como fantasma de esa mirada, como simulacro siniestro del Otro negado. Una pura lección, vean ustedes, de psicoanálisis freudiano recreativo
Pero qué listos son estos japoneses.
Pac-man, pura boca insaciable, pura mandíbula batiente sin ojos, sin nariz, sin orejas, sin brazos ni piernas, huye de la mirada. Debe cumplir el objetivo de tragar todas las pastillitas del laberinto sin ser atrapado por los Ojos-fantasma. Sin fantasmas,la tarea se revelaría a sí misma como absurda: qué idiotez ésta de comer puntos en un laberinto vacío. Waka waka. Con fantasmas,el sin sentido de la voracidad sin objeto queda enmascarada en la necesidad de la huida: el Hambre no se discute ante la urgencia de la caza. Porque es esta urgencia la que simula un sentido al conjunto: trago porque huyo, pero huyo porque trago. Quién se para a pensar en el sentido cuando suenan sirenas de policía.
Así que Pac-man es el deseo reducido a sí mismo, condenadoa la repetición compulsiva para sostenerse, atrapado en el espacio de la interioridad y perseguido por los espectros del Otro, que son en realidad los de su propia mirada.
Porque qué deseo no es en realidad deseo autista, qué deseo no busca, no persigue y es perseguido por sus propios fantasmas.El deseo quiere su objeto, y el objeto de deseo, por ser objeto, lo es en tanto que cosa. Y la cosa se pliega al deseo del sujeto: y lo satisface. Pero ah de aquel cuyo objeto de deseo sea un sujeto,esto es, sea el Otro, sea, en suma, la Mirada. Entonces no hay objeto de deseo, no puede encontrar el deseo sino el punto de fuga que es el Otro, irreductible a cosa, irreductible, vayamos de una vez a ello, sólo a cuerpo. Quiere el deseo atrapar una cosa para su satisfacción y se encuentra de bruces con lo inaprensiblede la mirada, con el abismo del Otro, o dicho de forma molona,con una grieta nouménica entre la cosidad de las cosas. ¿Qué le ocurre al deseo? Que ya no es él el que manda, que ya no puede ser activo, que ya no puede ser... deseo. Se le escurre su objeto entre los dedos y ya no puede tragar, consumir, incorporar en sí, efectuar el acto voraz. Ahora desea ser tragado, consumido,incorporado en la mirada del Otro él mismo. Es el deseo vuelto de revés como un calcetín, es el deseo deseando ser deseado, esto es, el deseo activo en tanto que quiere ser objeto del deseo del Otro, de su Mirada. No quiere ya: quiere ser querido. El deseo es entonces pasión. Y nada más ajeno a Pac-man que la pasión.Porque Pac-man, pura bocaza sin ojos, es buscado por cuatro pares de ojos, y la mirada del fantasma no es la trascendencia del Otro: en el ámbito del laberinto todo está cerrado sobre sí mismo. La mirada del fantasma es el simulacro del Otro, recreada desde la interioridad, y su radical falsedad se manifiesta en su agresividad: persigue. Adviértase que los fantasmas respetan lasreglas del juego tanto como el propio Pac-man: no atraviesan las paredes del laberinto, lo que podrían hacer con ectoplasmática autosuficiencia. Por el contrario, le siguen el juego, porque en realidad, ellos son el mismo Pac-man. Son el simulacro de la mirada que le falta, de los ojos que no tiene, de lo otro que le está radicalmente vedado. Nada más ajeno, por tanto, decimos,a Pac-man, que eleros, que la pasión regulada por la Miradadel Otro, que la pasión necesariamente ascendente: pues como eldeseo quiere ser él mismo objeto de deseo, aspira a ser objeto demirada, esto es, busca ser ad-mirado. Y en virtud de la admiración que busca en el deseo del Otro, obra para hacerse dignode él, y cuando sale fuera de sí mismo, el deseo lo hace ascendiendo. Viva Platón. Pero en el mundo pesadillesco de Pac-man qué narices de trascendencia, de ascensión, de salida queda: ya no por los laterales, pero tampoco hacia arriba. Porque en rigor, en el laberinto no hay un arriba ni un abajo. El laberinto es plano como un mapamundi, con su norte, su oeste, su este y su sur, pero sin arriba ni abajo, sin altura ni profundidad. El laberinto es visto por el jugador siempre desde ese arriba, desde ese lugar de trascendencia que para Pac-man, simplemente, no existe ni comoc oncepto. Pac-man, por tanto, no es que no pueda ascender, a la manera de Icaro, fuera del laberinto: es que ni siquiera puede intentar saltar por encima de los muros para atajar la carrera.Todo, para Pac-man, es callejón sin salida. Pero callejón circular .Pac-man, deseo reducido a sí mismo, condenado a la repetición compulsiva para sostenerse, atrapado en el espacio de la interioridad, perseguido por los espectros de la Mirada y sin posibilidad de redención en la trascendencia del Otro, vive en un infierno que ríete tú del Cocito dantesco.
Sólo en cierto momento le es dado a Pac-man hacer frente a los simulacros. Hay unas pastillitas que parecen pastillotas.Una para cada fantasma, una para cada esquina del laberinto.La escasez de estas pastillotas le dan valor superior con respecto a las restantes pastillitas: economicemos, pues. Y puesto que tienen valor, tragarlas hace sentir a Pac-man distinto, mejor, poderoso: a Pac-man le sobreviene el subidón. Se cree saciado, y los fantasmas, entonces, cierran los ojos y doblan la boca: ahora pueden ser ellos los tragados, ahora no son peligrosos. Deseo saciado es desprecio del deseo: no era para tanto. Pero resulta que la pastillota no es sino una pastillita, sólo un poco más gorda,y sacia sólo un poco más que las otras. El Hambre retorna de inmediato, y Pac-man no puede hacer frente a los simulacros, porque el valor de la pastillota era simulacro de valor, porque él mismo sigue siendo simulacro. A lo más, gana un poco de tiempo para... tragar más pastillitas. Come una y cuenta veinte, porque tanto da ocho que ochenta: todo se reduce, al final, a puntuación.Waka waka waka. Qué triste destino, el de Pac-man.
De modo que podríamos ver en este bichajo amarillo, en esta bocaza batiente, la metáfora jugable, en versión arcade,del infierno del deseo liberado a sí mismo. El come cocos es la comedura de coco del Deseo, realizada virtualmente, como una especie de teatro terapéutico, a moneda la sesión. Como lo específico del hecho virtual es la realización no de la cosa, sino de las reglas que rigen la cosa, Pac-man nos depara la experiencia del deseo depredador. No sólo habla del vacío de deseo, sino que lo efectúa como sólo puede hacerlo el Gran Harte: cuando Pac-man, cuando el jugador a través de Pac-man logra tragar todas las pastillitas, cuando ha logrado dar cumplimiento a su Hambre,todo...vuelve a comenzar. El tedio que sobreviene al jugador tras la tercera pantalla es el propio tedio del deseo narcisista tras la tercera consumación, es el propio cansancio del deseo narcisista que exige del mundo su propia satisfacción, que no encuentra por tanto en el mundo sino a sí mismo, que queda ciego para todo aquello que no sea él mismo y se ve condenado al mero acto det ragar.
Pero cómo son estos japoneses.
Despues de leer esto, he acabado con todas las existencias de cannabis y sus derivados de la region.... y con alguna pastillita, pastillaca...
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