Hoy os voy a comentar un libro que ha sido toda una sorpresa.
Cuando el señor S*T*A*R me comentó que iba a sacar un libro sobre los juegos protagonizados por Sherlock Holmes algo en mi interior hizo “clic”. Y es que si nos paramos a pensar, todos los juegos de Sherlock Holmes tienen algo en común: son aventuras. Podéis imaginar, como buen amante de las aventuras de texto y sus hermanas gráficas, cómo estaba de impaciente por ponerle la vista encima a esta publicación.
Pues bien, ya con el ejemplar en mis manos puedo confirmar mis sospechas: estamos ante un libro imprescindible.
El autor no sólo comenta con todo lujo de detalles cada juego basado en el personaje de Sir Arthur Conan Doyle, de forma paralela es una narración de toda la historia del género de las aventuras. Partiendo de las más básicas aventuras de texto para 8 bits, pasando por las aventuras gráficas de 16 bits, y alcanzando todo lo lanzado en diversos sistemas hasta la actualidad (versiones para teléfonos y tablets incluso).
De una sentada me he leído la cuarta parte del libro, sin anestesia, sin respirar. Es tan ameno, tan interesante, tan diabólicamente bien escrito, que uno siente la necesidad tras cada capítulo de cerrar el libro y jugar cada juego comentado. Pero la adicción es una maldición, y quieres leer más, necesitas leer más. S*T*A*R nos ofrece pura heroina para nuestros ojos e intelecto, tratándonos con inteligencia y siempre sorprendiendo en cada párrafo con lecciones de historia.
Este libro es algo más que un compendio de juegos basados en el conocido detective, es un poema de 200 páginas dedicado a la aventura en estado puro.
Podéis adquirir el libro a través de:
MATRANET
Librerías especializadas
Quisiera creer que con la coincidencia de la semana del libro en Madrid se han podido desbordar/confundir, de hecho cuando me preguntaste en Twitter y comentaste que te informaban que no lo tenían disponible -aun apareciendo en su web- justo al día siguiente hubo gente que lo compró en directo en la caseta 66 de la feria, repito, al día siguiente. Vamos, que te dijeron que no lo tenían y sí lo tenían. En fin...