
Por supuesto, no funcionaba; pero con la ayuda de los compis, de Jose y sobre todo de Georgel, y echando diez o quince minutos todos los días, hemos conseguido sacarla adelante. A parte de un montón de soldaduras rotas (a causa de la vibración de los componentes; había como diez o quince que se detectaban en mal estado, a simple vista), había un montón de componentes dañados: dos resistencias abiertas, una partida, cuatro transistores reventados, un montón de condensadores con fugas...

Para arreglarla, Georgel ha utilizado los esquemas que hemos podido encontrar de chasis parecidos; y lo ha hecho con conocimiento de causa, con polímetro, osciloscopio y bombilla de filamento para ir comprobando hasta dónde llega la alta y cómo fluctúa. En internet están disponibles casi todos los esquemas de Thomson, menos este que es demasiado antiguo. Creemos que debe de corresponder con uno de los primeros diseños (si no es el primero) de televisor en color de Thomson, de la segunda mitad de la década de 1970. Un ejemplo de tele que lleva un chasis ICC1 es esta preciosa Nordmende Prestige, para que os hagáis una idea.

Peleando con la señal que levanta el circuito de alta: ¿dónde se pierde?
Lo primero que vimos fue que el circuito de alta no arrancaba, aunque tenía alimentación. El integrado que controla el sincronismo manda un pulso que levanta la alta, pero un tiristor del circuito de seguridad estaba bloqueándolo por algún motivo. Comprobamos que el tiristor estuviera bien, así que nos concentramos primero en buscar si la señal se perdía por culpa de alguna pista rota (que la había), y segundo en averiguar si alguna avería activaba la protección en otro lado. Y así fue como fuimos dando con las resistencias abiertas o completamente cerradas, con un transistor que tenía una pata rota, con un transistor de potencia completamente muerto y otro que daba valores anómalos, con condensadores completamente secos, con soldaduras frías, pistas partidas y puentes hechos con cables que ya no conducían nada... Yo me hubiera rendido, pero Georgel se tomó la reparación como resolver un sudoku. Cuando por fin desbloqueamos el circuito de protección, todavía no arrancó la parte de alta, y nos temimos que el flyback estuviera tieso; pero es que aún quedaba una resistencia de diez ohmios que, al sacarla, daba un valor de cientos de megas :-|
Con esa última resistencia cambiada, por fin los pelillos del brazo se quedaron pegados a la superficie de la pantalla; aquí, probando con una NES:

Después de eso, cambiamos más condensadores y ajustamos los sincronismos lo mejor que pudimos. Para probar la imagen, Jose nos dio un cable de Playstation que incluye un modulador, que convierte el vídeo compuesto en señal de radiofrecuencia (la tele no tiene otra entrada que no sea la de antena, por supuesto). Y así llegamos a ver esto, que casi se había convertido en el objetivo de toda esta historia: una PS3 "sintonizada" en una tele de finales de la década de los setenta o principios de los ochenta:


El FIFA 17 parecía el juego más adecuado para la prueba, para conmemorar los cuarenta años del diseño del chasis xD Los compañeros más jovencillos han alucinado con la reparación (alguno pensaba que era un amplificador de guitarra, cuando ha visto la tele abierta), y también con la buena calidad de imagen y de sonido que tiene. De hecho, el sonido sorprende mucho: como la caja del televisor es de madera, reverbera con una potencia y una profundidad a las que, desgraciadamente, ya no estamos acostumbrados en equipos modernos :-/