Partimos con una cartulina a la cual trasladar las medidas de la caja:

Vamos recortando lo que sobra...

Y ya tenemos una cajita.

Ahora se imprime en papel fotográfico adhesivo un montaje de la carátula al que se le han eliminado todas la incorrecciones posibles y se le ha añadido un margen para forrar la caja. ¡Con el Paint!

Empezamos a pegar el forro.

Y aquí tenemos el resultado final:

Comparando con la original, y aunque no está perfecta, hemos ganado algo en estética. Ahora ya puedo precintar la caja original para preservarla como corresponde.

