
¿QUIÉN DICE QUE LOS MUSEOS SON ABURRIDOS?
Cuando Praha te lleven a ver, no te lo puedes perder
Años rebuscando en mercadillos y portales de venta de segunda mano eslavos (Allegro, Aukro) han llevado al que suscribe a conocer las posibles variantes para el término “juegos” en la mayor parte de las lenguas de Europa del Este: se escribe hry en checo (hra, en singular), gry en polaco, igrice en serbio, igry en ruso (resulta muy parecido en ucraniano o búlgaro)… Así que si te acercas a Praga, además de visitar el Puente de Carlos o la Plaza Vieja, te puedes adentrar en algún mercadillo y preguntar por “stare hry” (y “stare” es la raíz para “viejo” también común a muchos idiomas eslavos)… o visitar Arcade Hry, no cuesta mucho y vaya si merece la pena.
Nos ponemos al habla con Jan Orna, director y dueño de un espacio a mitad de camino entre salón recreativo y museo, en la periferia de Praga. ¡Gracias a Petr Gojda por descubrírnoslo!

Jan Orna, junto a la máquina de Pong
Imágenes cortesía de Arcade Hry. Entrevista realizada durante el mes de febrero de 2024
Jan, ¿dónde está vuestro museo?
Podéis encontrarlo en Cerveny Ujezd, un pueblo a unos diez kilómetros al oeste de Praga. Estamos junto al aparcamiento del castillo. El castillo era el mayor atractivo turístico local, vienen de todo el país a verlo. Nuestro museo lo desplazó en el número uno, y ahora somos la atracción más visitada de la zona [risas].

Pac-Man, Ms. Pac-Man, Galaga, Galaxian, Space Invaders o Defender jalonan el museo
¿Qué exponéis? No me refiero a una lista detallada, sino a los objetos más populares o a los que tengáis más cariño…
Como coleccionista de máquinas recreativas, me he concentrado sobre todo en los vistosos arcades de la edad de oro de los ochenta, aunque también puedes encontrar el legendario Pong de Atari de 1972, e incluso algunas máquinas del cambio de milenio. A día de hoy tenemos más de 170 máquinas históricas y totalmente funcionales, y unas cuantas más en el almacén a la espera de que ahorremos lo suficiente para ampliar el local, para hacer el museo aún más grande.

Otros que no pueden faltar son Gauntlet, Q*bert, Elevator Action, Crossbow, Tapper, Hang-On o Turbo tampoco pueden faltar
¿Qué tenéis encendido a disposición de los visitantes?
Desde el principio tuve claro que si dejábamos apagados los objetos del museo, habría sido un fracaso. Los visitantes pueden jugar con todo lo que tenemos expuesto. A veces hacemos jornadas especiales, como el fin de semana del Amiga, o de Nintendo, o de Sega, y durante esos días los coleccionistas locales traen algunos de sus chismes más interesantes, para enseñarlos y jugar con ellos.
¿El museo ha crecido, o tenéis el mismo espacio desde que abristeis? Me decías que queréis ampliarlo, ¿tenéis posibilidad de hacerlo en el mismo sitio, o tendréis que mudaros cuando toque?
Cuando empezamos, en 2011, teníamos setenta máquinas, de las que funcionaban cincuenta y cinco [risas]. Así que sí, estamos creciendo, aunque ya desde el principio ocupábamos todo el espacio del edificio, que por cierto ya es de nuestra propiedad. Si continuamos funcionando bien y la próxima oleada de COVID nos respeta, en un futuro próximo meteremos más máquinas [en el mismo sitio], calculo que entre cincuenta y setenta más.

Seguimos con más clásicos: Rampage, Kung-Fu Master y Moon Patrol junto al menos popular Two Tigers y sus mandos de avión
Entonces, ¿la colección del museo sigue creciendo, seguís comprando aparatos?
Por desgracia, hemos estado tan apretados en algunos momentos que no teníamos otra opción que cambiar unas máquinas por otras [cuando tocaba rotar]. Alguna vez nos hemos deshecho de alguna máquina, pero en la medida en que ahora mismo ya estamos exhibiendo lo mejor de la colección, no es mucho lo que dejamos almacenado. Así que solo compro aparatos muy concretos [por dos motivos]: porque el volumen de lo que tengo ya cubre la extensión disponible y, sobre todo, porque como responsable del museo creo que ya dispongo de lo mejor que considero que debo tener.

Track & Field, Hyper Sports, Vanguard, Frogger, Scramble, Berzerk, Battlezone, Donkey Kong o Crazy Climber flanquean a muebles menos comunes como los de Satan of Saturn, Piranha o el Astro Invader de Stern
¿Qué períodos de apertura tenéis, cuando cogéis vacaciones? ¿Cuál es la mejor época del año para visitaros?
Como el museo está en un pueblo, solo abrimos al público en fines de semanas y festivos. Entre semana nos dedicamos a reparar [las máquinas] o alquilamos el local para celebraciones, cumpleaños, eventos corporativos, etcétera. Tenemos una bomba de calor para calentar (o enfriar) el museo, así que abrimos todo el año. Podéis visitarnos cualquiera de los días de apertura, y podéis consultar los días de apertura en http://www.arcadehry.cz
¿Cuánto tiempo dedicáis a arreglar los desperfectos? Es un trabajo que los visitantes normalmente no ven, pero al que muchas veces hay que dedicar un montón de horas…
Lo primero, antes solíamos dedicar tres días enteros a las reparaciones, después de cada fin de semana, porque no hacíamos un mantenimiento preventivo, no era una cosa que entendiéramos muy bien. Poco a poco hemos ido mejorando los procedimientos hasta el punto de que normalmente solo hay una reparación pendiente para el lunes, solo hay una cosilla que no ha podido solucionar el técnico de guardia del fin de semana. Después de trece años de funcionamiento, hemos adquirido una experiencia tal, que para mantener al equipo de mantenimiento ocupado hacemos reparaciones para clientes externos, arreglamos incluso monitores o máquinas de otros museos.
¿Cuál es la mejor manera de llegar al museo?
En coche, en Uber o usando la red de transporte público de Praga: el autobús desde la estación Zličín o el cercanías.

Line of Fire de Sega y NARC de Williams rodeadas de candys y neogeos
De todo lo que tenéis expuesto, ¿qué es lo que más le gusta a los visitantes?
A lo que más juegan es a los grandes clásicos, a Pac-Man, Galaga, Battlezone, Out Run, Golden Axe o Bomberman. Pero también les gustan los juegos de baile como el DDR Extreme, o el Manx TT Superbike, o juegos de pistola como el House of the Dead. Lo bueno es que funcionamos en free play, al comprar la entrada tienes derecho a jugar gratis; y gracias a eso puedes probar hasta los juegos menos conocidos, y formarte una opinión fundamentada acerca de ellos sin estar constreñido por el tener que gastar moneditas.

El espacio del baile
¿Qué tipo de público se acerca al museo? ¿Tipos de mediana edad, chicas y chicos de excursión con el instituto? ¿Cómo reacciona la chavalada con vuestras máquinas, se lo pasan bien?
Al principio nos convertimos en el paraíso de los friquis de los ordenadores, tíos de unos cuarenta años entre los que nos contamos nosotros mismos. Pero el tipo de “clientes” que recibimos ha cambiado poco a poco. Empezó a venir una generación de jugadores más jóvenes con edades comprendidas entre los quince y los treinta años, que quedaban para venir aquí, pero ahora mismo el visitante más típico son las familias con hijos preadolescentes y adolescentes, que son los que más lo disfrutan y se quedan todo el día. Tenemos una pizzería, todo tipo de bebidas y una tienda de souvenirs, así que se pueden hacer otras cosas a parte de jugar. Es de sobra conocido que los juegos arcade no envejecen, y que resultan divertidos tanto para los veteranos que conocieron la ubicuidad de las máquinas [en los ochenta] como para los niños de hoy en día que están mucho más pegados a la tecnología.

El rincón de los volantes y las pistolas, imperdible