
Computerspiele Museum. Sala de exposición. Imagen cortesía de Jörg Metzner
¿QUIÉN DICE QUE LOS MUSEOS SON ABURRIDOS?
Hablamos con el director del Computerspiele Museum de Berlín
Andreas Lange, el histórico director del Computerspiele Museum de Berlín, dejó el cargo en 2018. Le ha sucedido Matthias Oborski, que muy amablemente responde a nuestro recurrente cuestionario.
Imágenes cortesía de Computerspiele Museum. Entrevista realizada durante el mes de agosto de 2022

Nuestro interlocutor, Matthias Oborski. Imagen cortesía de Margarita Filipenko
¿Dónde está el museo?
El Computerspiele Museum de Berlín está en la avenida Karl Marx, un bulevar monumental de la época socialista construido entre 1952 y 1960 en la parte Este de la ciudad. Las instalaciones del museo albergaban por entonces el Café Warschau, el Café Varsovia: conservamos dentro del museo un enorme mosaico de aquella época.
¿Desde cuándo lleváis funcionando?
La primera exposición permanente abrió en 1997. Por lo que sabemos, esto nos convierte en el museo dedicado a los videojuegos más antiguo del mundo. Estamos en el edificio de la avenida Karl Marx desde 2011.
¿Qué tenéis en exposición? No me refiero a una lista detallada, sino a lo más significativo…
Una de las zonas más apreciadas es el salón de máquinas arcade, decorado al estilo de los ochenta y con máquinas originales de Donkey Kong, Frogger, Asteroids… Otras salas muy populares son las que están ambientadas como habitaciones o dormitorios de casas de los años setenta, ochenta y noventa del siglo pasado, con consolas originales de cada época. Ah, y el mueble de Computer Space de 1971 también atrae muchas miradas.

Recreación de un salón arcade de la época. Imagen cortesía de Peter Ziesche
Otra atracción es la PainStation, una versión de Pong en la que si pierdes sufres un castigo físico, con descargas eléctricas y látigos. También estamos muy orgullosos de nuestra réplica de Nimrod, el juego de 1951, y del pad gigante de NES que controla una NES real, gigante también. Y tenemos que presumir de las exposiciones temporales que acompañan a la colección permanente, claro.
Y de todo esto, ¿qué tenéis en marcha, para que el público juegue con ello?
Funcionan y se puede jugar con todas las máquinas del salón recreativo, las que están en las salas que recrean habitaciones del pasado y las de las exhibiciones temporales. Además, tenemos dos salas en las que vamos rotando recreativas de nuestra colección.

Recreación de un comedor de la época. Imagen cortesía de Peter Ziesche
En la exposición permanente se muestran 150 vídeos con entrevistas y reportajes, y además hay máquinas interactivas que permiten probar títulos asociados a temáticas concretas, del estilo de juegos indies, los juegos como arte, o la evolución de los gráficos. Por último, también ponemos a disposición del visitante interfaces de control un poco menos habituales, como una bicicleta estática con la que puedes jugar a un juego de carreras, o dance pads para juegos de baile.
¿Ha crecido el museo desde que abristeis? ¿Es posible, de hecho, ampliarlo?
El espacio del que disponíamos cuando abrimos en 1997 era bastante limitado. Desde 2011, cuando nos movimos a la ubicación actual, hemos duplicado el espacio expositivo reciclando salas anejas que no se utilizaban. Si quisiéramos ampliar todavía más, tendríamos que mudarnos a otro sitio. El fondo del museo es otra historia, el archivo no es accesible para el público general. La mayor parte está en el sótano del museo, pero tenemos almacenes en otras partes de la ciudad.

Sala de exposición. Imagen cortesía de Jörg Metzner
¿Sigue creciendo la colección del museo, seguís sumando elementos a la exposición?
Sí, diariamente. Normalmente no añadimos ningún contenido a la exposición sin un marco narrativo adecuado, sin una explicación de por qué es importante, pero la colección crece constantemente.
¿Qué horario tenéis, cerráis en vacaciones? y ¿cuándo es mejor visitaros?
Abrimos de diez de la mañana a ocho de la tarde todos los días del año, con solo dos excepciones, el 24 de diciembre, en que cerramos más pronto, y el 1 de enero, en que abrimos más tarde.
Lo mejor es visitar el museo en temporada baja, de noviembre a marzo. Para venir al museo es preferible usar el transporte público. La estación de metro más cercana es Weberwiese, de la línea U5, que pasa por la Estación Central de Berlín, la Puerta de Brandenburgo, la Isla de los Museos y Alexanderplatz.
¿Cuáles son las mayores atracciones del museo?
Como he dicho, la PainStation es muy popular, pero como no queremos que la gente se fije en un aparato en particular, podemos decir que el salón arcade en conjunto es lo que reúne más público, así como las habitaciones de época. También se concentra mucha gente en los juegos de las exhibiciones especiales, y siempre hay alguien bailando en el dance pad.
¿Qué tipo de público tiene el museo? ¿se lo pasan bien los millennials que os visitan?
El grueso del público se compone de visitas escolares y visitas guiadas, seguidas de familias. La edad media de nuestros visitantes tiende a ser menor que la de otros museos, pero también es verdad que vienen muchos abuelos con sus nietos. Diría que, en términos generales, nuestro público representa a la media de la ciudadanía.