Buenas historias, voy con la mía:
Aunque lo primero había sido las recreativas de la calle y me había dejado llevar por los cantos de sirena de la pong de mis primos. Fue un Atari, y específicamente su consola VCS 2600, quien tuvo el honor de ser el primer "cacharro" que pisó el domicilio familiar, ha pasado mucho tiempo desde entonces, y sin poder ser del todo exacto, sería allá por 1982 ó 1983.
Sé que hay muchos detractores de Atari, de sus juegos y sus gráficos pero a mi me estimulo sobremanera. Recuerdo juegos como "El imperio contrataca", "Super Breakaoout", "Combat" y fue un día grande cuando me termine el juego de "En Busca del Arca Perdida", un precedente de los juegos de aventuras como 'El Secreto de la Tumba' de Loriciels que luego salió para 8 bits.
Años más tarde había escuchado hablar de las bondades del Spectrum aunque no había visto ninguno todavía. Mis primeros coqueteos con los ordenadores de 8 bits empezaron en una tienda de muebles de mi ciudad, la extinta hoy en día Vivas Hermanos, era una tienda de muebles de 5 ó 6 plantas en la que para regocijo de muchos de los críos y no tan críos del barrio había en la última planta una sala de ordenadores en la cual abundaban los MSX y los Commodore 64 y algún que otro Dragon (creo recordar que fue todos en el mismo tiempo pero no estoy del todo seguro). Subir a la última planta los días entre semana era misión casi imposible, como podíamos nos escurríamos entre los muebles e íbamos subiendo planta por planta por las escaleras con mucho sigilo y esfuerzo como cual Bruce Lee frente a la torre de la muerte, o eso creíamos nosotros , era todo un reto llegar a la sala de ordenadores de la última planta. Allí nos esperaba los primeros juegos de los cuales tuve constancia por primera vez: "King’s Valley" (este en monitor de fosforo ambar) o "Athletic land" para MSX así como el "Exploding Fist" para Commodore 64 entre otras joyitas. Lo mejor de esta tienda era que los Sábados por la mañana había campeonatos en una determinada plataforma y juego. ¿El regalo? 10 suculentos bonos para jugar media hora al ordenador y juego que eligieses.
Soy cepecero, y mi romance con mi querido Amstrad CPC464 empezó en el ahora desaparecido Galerías. Allí se encontraba, incolumne presto para ser utilizado, rodeado de Spectrums, algún MSX y C64. No sé como lo hicimos mi hermano y yo pero después de llevarnos un mes aprendiéndonos las carátulas de los videojuegos en la extensísima vitrina que había expuesta dimos el paso lógico siguiente y nos atrevimos a cargar juegos en una cinta pirata grabada por amigos que tenían este ordenador en dicho CPC de exposición, hoy en día quizás sería algo impensable.
De ellos recuerdo de forma lúcida el "Knight Lore" entre muchos otros que cargamos. Nos pasábamos las tardes y tardes e hicimos muy buenas migas con algunos de los vendedores de dicho centro comercial. Tan buen rollo que al tiempo, y viendo que el tenernos jugando allí los ordenadores se vendían más, ya no llevábamos nuestras propias cintas sino que nos sacaban directamente los juegos de las vitrinas para jugar a ellos. Todo un goce para un jugón/fetichista, dando buena cuenta de ese título y mientras tanto con la caja original del juego al lado.
Después empezamos a alternar las visitas al Galerías incluso a El Corte Inglés (ya que se empezó a llenar de futuros jugadores) con visitas a casas de amigos míos, los cuales tenían su flamante CPC464 con pantalla de monocromo. Toda una envidia.
Fue allá por las navidades de 1985, cuando mi querido padre me dijo acompáñame a El Corte Inglés que tenemos que traernos algo que he reservado y no puedo con ello sólo. Al llegar allá no era otra cosa que un flamante CPC464 con un monitor de ¡¡color!!. Menuda taquicardia.
No eramos una familia pudiente, todo lo contrario, y mi padre hizo un esfuerzo bestial. Cosa de la que aún sigo agradecido.
Empezamos a tontear con la cinta de "Bienvenida" y con los juegos de Amsoft de regalo que son archiconocidos. Pronto empezamos a tener juegos piratas conseguidos a base de grabaciones de colegas. Y así, se inicio una temporada maravillosa, espléndida en la que cada noche era un reto. Sigilosamente me levantaba cuando mis padres dormitaban y me dedicaba a cepillarme, o intentarlo, un juego cada noche. Las noches eran cortísimas incluso amanecía y todavía estaba liado con el tema. Me acuerdo como si fuese ayer que el primer juego que tuvo el honor de ser acabado fue el Sorcery a los que le siguieron los Dustins, Nonameds, Stardusts, Army Moves, Navy Moves, Saboteurs entre otros …. todos ellos sin trucos ni pokes raros. Llegaba al instituto hecho una mierda, incluso los profes se creían que era un alumno con problemas de drogas por lo que se lo comunicaron al director y este habló con mis padres, os podeis imaginar el careto de mis padres cuando se lo dijeron y luego cuando me preguntaron.
El tema de micromanias, compras de juegos en mercadillos, cambios de juegos, partidas eternas sin apagar el CPC en el Gauntlet y compañía, campeonatos en casas de amigos al MatchDay II y similares, mis pinitos con la programación, lectura de revistas y manuales, etc … Estaba totalmente absorbido.

Llego el momento en el que se decidió jubilar el CPC, la alternativa fue el flamante Commodore Amiga, pero duro poco, ya que lo cambie por un PC XT al poco tiempo , un Commodore PC20 o algo así, ya que decidí tomarme la informática un poco en serio y gracias a esto se puede decir que me gano el pan con ello. En mis tiempos libres, desprotegía software para PC a cambio de tener lo último en software para esta plataforma.
Hubo una segunda época, en busca de la nostalgia seguramente, en la que me hice con un CPC6128 y su monitor color para poder revivir aquellos momentos, y de camino cayeron unos cuantos más junto al CPC y es la pequeña cole que tengo ahora y es un punto común con la mayoría de vosotros, entiendo.