Capítulo III: El viaje de fin de curso de tres pulgadas
Publicado: 09 Feb 2016, 19:00
[... continua la historia del capítulo II ...]
La asignatura optativa de sólo se impartía en 2º de BUP. En mi instituto no había optativas en la rama de Ciencias de 3º y COU. Era aplicado y sacaba buenas notas. Cada vez dedicaba más tiempo a programar e investigar y menos a jugar. Pero empecé a toparme con las limitaciones de la máquina: en CPC apenas había utilidades en cinta; ese era territorio del disco.
Cada vez más compañeros iban teniendo su microordenador, los Spectrum se empezaban a quedar atrás, y los Amstrad iban bajando de precio y cada vez vendían más. Por ello cada vez se veían más CPC 6128 y el intercambio de juegos y programas en disquetes empezaba a ser la norma. El copieteo de juegos seguía rulando en cinta, pero las utilidades más serias iban en disco para CP/M.
Para quien no conozca la gama CPC, el 464 tenía 64KB de RAM y una unidad de cinta; el 664 (que prácticamente fue una prueba de mercado con una vida comercial muy corta) 64KB y unidad de disco y CP/M 2.2; y el 6128 tenía la misma unidad de disco pero con 128KB y CP/M 3.0 (mucho más potente). El 6128 fue la primera máquina con disco incorporado que bajó de la barrera psicológica de las 100.000 ptas, se vendió para casa y pequeños negocios. Sólo tenía un pero: para ahorrarse el pago de royalties, Amstrad escogió un formato desconocido de 3" de Hitachi, en vez del más popular de 5.25" o el de 3.5" que pronto lo destronaría. Las unidades de 3" eran más baratas, pero los discos salían mucho más caros, por su compleja carcasa rígida con ventanilla reversible y las menores ventas en un mercado potencial mucho más reducido.
Pero como premio de consolación para los que el 6128 era inalcanzable, Amstrad sacó una unidad externa con su interfaz para el 464, y ese sería mi próximo objetivo. Se vendía en tiendas por unas 45000 ptas, pero en el Club de la revista Amstrad User tenían una oferta para subscriptores por 27500 ptas, casi un 40% de descuento. Y aunque seguía siendo para mi un dineral, no parecía tanto si lo comparamos con las 105.000 ptas unidad de 5,25" Commodore 1541.
Entonces propuse un pacto a mis padres: renunciar al viaje de fin de curso y en su lugar emplear ese dinero en la unidad de disco. Y aunque intentaron convencerme de que no me perdiera la experiencia del viaje, yo tenía clarísimo que para mí era mucho más importante la unidad. Y hasta el día de hoy, me sigo alegrando de aquella decisión. Así que en las navidades del 87-88 rellené aquel cupón de la revista, lo envié por correo postal y esperé semanas a que me llegara (también por paquete postal) la deseada caja.
La unidad de disco venía de serie con CP/M 2.2 (con el 6128 venía CPM 3.0, que era más potente). CP/M había sido el SO profesional para micros de 8 bits desde finales de los 70, pero a mediados de los 80 estaba en declive frente a MS-DOS. No obstante aun contaba con una extensa librería de programas profesionales, comparada con las escasas aplicaciones profesionales nativas de otros sistemas de 8 bits. Alan Sugar convinció a las casas de software, que en vez de dejar agonizar a sus productos, bajaran el precio desde las £499 de promedio que solía costar una aplicación profesional, a un precio pactado de £99. Fue la misma estrategia que adoptó Erbe: bajar precios y vender mucho más, en vez de vender poco y caro. A muchas empresas les funcionó y su software para CP/M tuvo una breve segunda juventud con los Amstrad CPC y PCW, hasta que finalmente hacia el 89 el Atari ST y el Amiga bajaron de precio y se fueron haciendo con el mercado, y los sistemas de 8 bits quedaron definitivamente en la cuneta.
Además de las típicas utilidades de disco y sistema, conseguí procesadores de texto como WordStar, bases de datos como dBase II, ensambladores, compiladores de Fortran, Pascal, C, Forth... Con WordStar hice algunos de los trabajos de COU, que luego imprimía en la DMP2000 matricial de un compañero.
Empecé a curiosear un poquito con otros lenguajes: LOGO, Pascal, LISP ... Tras superar la temida Selectividad, entré en la recién creada Facultad de Informática y Telecomunicaciones de Málaga, y aunque para hacíamos la mayoría de las prácticas en el laboratorio de PCs de la facultad, recuerdo que hice las prácticas de programación en Pascal en mi viejo y fiel CPC, con el compilador sobre CP/M. Fue el último uso que le di.
En segundo curso de la carrera, y viendo mis padres que iba en serio con la informática, hicieron un esfuerzo y me compraron en Memory Informática (en su vieja ubicación en C/Álamos) un compatible AT: un 286 a 16 MHz con 1MB de RAM, disco duro de 40MB, unidad de 5,25" HD, tarjeta Hercules/CGA, monitor monocromo "Paperwhite" e impresora matricial Epson LX-850. Apenas había juegos para PC y la mayoría eran conversiones desde los 8 bits que se veían incluso peor debido a las limitaciones de color de la CGA. me fui centrando en tareas más serias, y no volvería a jugar hasta que pude comprarme en el rastro una tarjeta VGA (para el monitor tuve que ahorrar bastante más).
A día de hoy me dedico profesionalmente a la informática y puedo mantener a mi familia gracias a ello
Pero ésta ya es otra historia...
La asignatura optativa de sólo se impartía en 2º de BUP. En mi instituto no había optativas en la rama de Ciencias de 3º y COU. Era aplicado y sacaba buenas notas. Cada vez dedicaba más tiempo a programar e investigar y menos a jugar. Pero empecé a toparme con las limitaciones de la máquina: en CPC apenas había utilidades en cinta; ese era territorio del disco.
Cada vez más compañeros iban teniendo su microordenador, los Spectrum se empezaban a quedar atrás, y los Amstrad iban bajando de precio y cada vez vendían más. Por ello cada vez se veían más CPC 6128 y el intercambio de juegos y programas en disquetes empezaba a ser la norma. El copieteo de juegos seguía rulando en cinta, pero las utilidades más serias iban en disco para CP/M.
Para quien no conozca la gama CPC, el 464 tenía 64KB de RAM y una unidad de cinta; el 664 (que prácticamente fue una prueba de mercado con una vida comercial muy corta) 64KB y unidad de disco y CP/M 2.2; y el 6128 tenía la misma unidad de disco pero con 128KB y CP/M 3.0 (mucho más potente). El 6128 fue la primera máquina con disco incorporado que bajó de la barrera psicológica de las 100.000 ptas, se vendió para casa y pequeños negocios. Sólo tenía un pero: para ahorrarse el pago de royalties, Amstrad escogió un formato desconocido de 3" de Hitachi, en vez del más popular de 5.25" o el de 3.5" que pronto lo destronaría. Las unidades de 3" eran más baratas, pero los discos salían mucho más caros, por su compleja carcasa rígida con ventanilla reversible y las menores ventas en un mercado potencial mucho más reducido.
Pero como premio de consolación para los que el 6128 era inalcanzable, Amstrad sacó una unidad externa con su interfaz para el 464, y ese sería mi próximo objetivo. Se vendía en tiendas por unas 45000 ptas, pero en el Club de la revista Amstrad User tenían una oferta para subscriptores por 27500 ptas, casi un 40% de descuento. Y aunque seguía siendo para mi un dineral, no parecía tanto si lo comparamos con las 105.000 ptas unidad de 5,25" Commodore 1541.
Entonces propuse un pacto a mis padres: renunciar al viaje de fin de curso y en su lugar emplear ese dinero en la unidad de disco. Y aunque intentaron convencerme de que no me perdiera la experiencia del viaje, yo tenía clarísimo que para mí era mucho más importante la unidad. Y hasta el día de hoy, me sigo alegrando de aquella decisión. Así que en las navidades del 87-88 rellené aquel cupón de la revista, lo envié por correo postal y esperé semanas a que me llegara (también por paquete postal) la deseada caja.
La unidad de disco venía de serie con CP/M 2.2 (con el 6128 venía CPM 3.0, que era más potente). CP/M había sido el SO profesional para micros de 8 bits desde finales de los 70, pero a mediados de los 80 estaba en declive frente a MS-DOS. No obstante aun contaba con una extensa librería de programas profesionales, comparada con las escasas aplicaciones profesionales nativas de otros sistemas de 8 bits. Alan Sugar convinció a las casas de software, que en vez de dejar agonizar a sus productos, bajaran el precio desde las £499 de promedio que solía costar una aplicación profesional, a un precio pactado de £99. Fue la misma estrategia que adoptó Erbe: bajar precios y vender mucho más, en vez de vender poco y caro. A muchas empresas les funcionó y su software para CP/M tuvo una breve segunda juventud con los Amstrad CPC y PCW, hasta que finalmente hacia el 89 el Atari ST y el Amiga bajaron de precio y se fueron haciendo con el mercado, y los sistemas de 8 bits quedaron definitivamente en la cuneta.
Además de las típicas utilidades de disco y sistema, conseguí procesadores de texto como WordStar, bases de datos como dBase II, ensambladores, compiladores de Fortran, Pascal, C, Forth... Con WordStar hice algunos de los trabajos de COU, que luego imprimía en la DMP2000 matricial de un compañero.
Empecé a curiosear un poquito con otros lenguajes: LOGO, Pascal, LISP ... Tras superar la temida Selectividad, entré en la recién creada Facultad de Informática y Telecomunicaciones de Málaga, y aunque para hacíamos la mayoría de las prácticas en el laboratorio de PCs de la facultad, recuerdo que hice las prácticas de programación en Pascal en mi viejo y fiel CPC, con el compilador sobre CP/M. Fue el último uso que le di.
En segundo curso de la carrera, y viendo mis padres que iba en serio con la informática, hicieron un esfuerzo y me compraron en Memory Informática (en su vieja ubicación en C/Álamos) un compatible AT: un 286 a 16 MHz con 1MB de RAM, disco duro de 40MB, unidad de 5,25" HD, tarjeta Hercules/CGA, monitor monocromo "Paperwhite" e impresora matricial Epson LX-850. Apenas había juegos para PC y la mayoría eran conversiones desde los 8 bits que se veían incluso peor debido a las limitaciones de color de la CGA. me fui centrando en tareas más serias, y no volvería a jugar hasta que pude comprarme en el rastro una tarjeta VGA (para el monitor tuve que ahorrar bastante más).
A día de hoy me dedico profesionalmente a la informática y puedo mantener a mi familia gracias a ello
Pero ésta ya es otra historia...