Logic Pro (arcade, Deniam, 1996), publicado en Alemania como
Croquis.
Esta mierda te vampiriza el tiempo, te exprime y te arranca la vida como la máquina del Pozo de la desesperación de La princesa prometida. Es una interpretación en clave de arcade de los jodidos
nonogramas, un invento de los japoneses para anestesiar tu existencia y que no cuestiones las miserias del capitalismo; equivalente a la heroína, vamos. Como todas las drogas duras, los nonogramas reciben diferentes nombres en las distintas culturas que han penetrado y corrompido: pic-a-pix, picross, griddlers, hanjie, crucigramas japoneses, etcétera.
En esta versión de Deniam, el rompecabezas deja de ser algo reflexivo para convertirse en un puto juego frenético en el que compites contra reloj, por lo que tienes que interiorizar y mecanizar los patrones de dibujo y calcular rapidito
si no quieres fallar. Hay bonus cuyas luces, colores y sonidos tienen un efecto sobre el cerebro que aturde y produce placer a partes iguales, un efecto similar al de los premios del pachinko y, probablemente, el opio.
Las últimas fases siguen un esquema de eliminatoria con cuartos de final, semifinales y final en el que no puedes permitirte ningún error. El hecho de que el objeto del juego sea ayudar a un desesperado gorila queer que quiere iniciar la transición para ser una bella mujer ("I want to be a beautiful woman", llora pesaroso), y que puedas utilizar el pájaro carpintero más kawaii del mundo como puntero, es la demostración definitiva de que el que diseñó esto era un sádico sólo tenía como objetivo joderle la vida a un puñado de imbéciles como yo.