Muy en la línea poética de Stanisław Lem (así que a los seguidores de la ciencia ficción dura no les hará ninguna gracia), Vonnegut imagina que al Universo, como a todo el mundo, a veces le entran crisis de identidad y de autoconfianza, en las que se cuestiona quién es y el propósito de sus actos. En una de esas crisis siente que no tiene sentido seguir expandiéndose, así que durante un brevísimo lapso de tiempo decide contraerse, pera en seguida lo reconsidera y continúa con lo que siempre había hecho: extenderse.
Ese brevo lapso, que para el Universo fue como un ligero espasmo muscular, supuso para los humanos retroceder diez años en la historia, un "cronomoto".
Dice el Seattle Times en un artículo de esta mañana que los humanos que habitan en el Estado de Washington están en esas: que el mejor refugio psicológico que han encontrado frente a la pandemia han sido los hobbies nostálgicos, las actividades que les hacían felices antes de la pandemia y que les permiten retroceder en el tiempo y olvidar los traumas de la pérdida de seres queridos y del confinamiento. Y ponen un ejemplo, cuentan la historia de unos padres de Olympia que se compran dos pinballs (World Cup Soccer '94 y nada menos que Indiana Jones) y los ponen en el salón de su casa. El resultado es que a los críos les gustan más que sus videojuegos modernos y que están pensando en tirar la mesita de té de la abuela para poner más:
“Our whole family loves these machines, and we play them every day — always trying to bump each other off the leaderboard,” Julie says. “Our kids think they’re so cool, and prefer playing them over their video games. We may need to sell another obsolete piece of furniture, as they’re already hankering for a third pin, and that’s just fine with us.”
Tras décadas de filosofía barata que nos aseguraba que el materialismo y la acumulación no iban a hacernos felices, ahora descubrimos que Marie Kondo era simplemente una tarada que nos abocaba a la depresión (tengo una teoría al respecto: Kondo es en realidad una coleccionista muy avispada que recomienda a la gente que tire sus chismes a la basura, y por las noches recorre con una furgoneta los contenedores de las ciudades donde acaba de presentar su libro). Así que ¿tenemos dos pinballs en el salón de casa? ¡Pues metemos tres, que la felicidad se multiplica por economía de escala! xDD

Alguien comentó en broma que el incendio en OVH, la caída del foro y la pérdida de mensajes había sido como retroceder a justo antes de la pandemia, pero en realidad lo que ha significado es que hemos perdido un montón de mensajes. YO he perdido un montón de mensajes, y aún no lo he superado. Y la moraleja de todo esto es, bueno, las moralejas son: una, que la nostalgia es una mierda. Cualquier tiempo pasado no fue mejor, vivir en el pasado sí que te hace infeliz.
Otra moraleja es "acumulad hijosdeputa, ¡pero no por nostalgia!". Acumular por nostalgia es tan vacuo como hacer limpieza cuando llega a la primavera y echar al contenedor todos los juguetes que ya no usan los niños, y lo que es peor, incrementa la demanda de pinballs, consolas y juguetes y eleva los precios. Mi mensaje a los casuals: dejad quietecito wallapop, mejor si os compráis una bici estática, dicen que quemando calorías también se duerme mejor :-P
La tercera y última enseñanza: me parece que la edición de Cronomoto de Kurt Vonnegut en Malpaso estaba mal traducida. Así que la tercera moraleja es que, si pensáis leerlo, le echéis un vistazo antes de comprarlo, porque os podéis cabrear :-(