
Juegos de Vic-20 publicados por Indescomp
Antes de convertirse en el distribuidor en exclusiva de Amstrad para el Estado español, Indescomp comercializaba software para Commodore Vic-20, C-64, Spectravideo 318/328, Thomson, Dragon, Sinclair ZX-81 o Spectrum. El problema de muchas de estas primeras ediciones es que tenían un acabado casi amateur: sospecho que tenían un porcentaje de devoluciones bastante alto.
José Luis Domínguez le cuenta a JMV en
Queremos su dinero que aquellos primeros años fueron muy locos. Él (Domínguez) mantuvo su puesto de directivo en una compañía de seguros, así que por las tardes se acercaba a una oficina en la que tan solo dos empleados se dedicaban a producir las copias y los materiales (carátulas, materiales, cajas) que se necesitaban para sacar a la venta aquellos programas.
Aparentemente tenían buena relación y se lo pasaban bien. Cuenta varias anécdotas al respecto, como los problemas que tenían para cargar algunos programas que recibían del Reino Unido y cómo intentaban solucionarlos envolviendo el ordenador de turno en una jaula de Faraday hecha con papel de aluminio en el cuarto de baño. Cuando los equipos de Paco Suárez y Fernando Rada entraron en escena, aquellos dos chavales desaparecieron.
La cosa es que esas primeras cintas producidas por Indescomp eran un poco desastrosas por varios motivos. El primero, en ellas no se identifica para qué sistema son, y cuando hay títulos que coinciden (
Nightmare Park, por ejemplo) en varios no hay manera de saber si tenemos entre manos el de ZX-81 o el de Vic-20 hasta que no lo cargamos. Es más, publicaron software tan raro (como
Video-Graph) que hasta hace poco no estaba volcado ni catalogado en ningún sitio, así que de antemano no era posible saber a qué ordenador estaba destinado.
Diréis que se podría intuir la versión del programa buscando en las instrucciones el comando de carga. Y aquí nos encontramos con otro desaguisado, porque las instrucciones, en ocasiones, las distribuían en un folleto más grande que una jewel case de cinta. Muchos de aquellos primeros títulos se vendían en una caja de cartón con poliexpán recortado al tamaño de la jewel case que iba dentro. Las instrucciones se metían dentro de esa caja, y los usuarios tendían a tirar o perder tanto la caja de cartón como ese manual tan incómodo que no cabía en el estuche de plástico; y es por eso que nos encontramos con que la mayor parte de unidades que han llegado a nuestros días no conservan las instrucciones.
Pero la cosa no hace sino empeorar: tenían por costumbre grabar el programa sólo en una de las caras de la cinta. La cara B la dejaban virgen, y si la cara A presenta(ba) algún fallo, no hay
backup. Además, la etiqueta de la cinta era muy cutre y genérica (casi parece de pirata del rastro), y en ella no se especificaba el nombre del programa, así que es fácil meter un juego en la caja de otro si no somos cuidadosos. Y a estas alturas de la película, casi cuarenta años después de su publicación, el pegamento de la etiqueta es tan poco adhesivo que lo normal es que éstas se caigan y no sepamos qué cara es la buena, o si tenemos entre manos una cinta genérica :___D
Y eso por no hablar de la calidad de la grabación, que suele ser bastante deficiente (tiene mucho ruido), así que no sería de extrañar que NO hubieran utilizado un aparato profesional para hacerla. Hemos tenido suerte de poder salvar tantas cintas como hemos rescatado :_D