Lo inventó Ralph Baer. O, mejor dicho, Ralph Baer fue el primero que adaptó un dispositivo de control, hasta entonces sólo presente en las cabinas de las aeronaves, a los videojuegos. Y más concretamente, fue en 1967 cuando Mr. Baer se las apañó para mover un punto en una pantalla de televisión, arriba y abajo, a la izquierda y la derecha, con un joystick.
Pero fue Sega la primera en darle un uso comercial al invento, al incluir un joystick de un solo eje en su recreativa electromecánica Missile (1969), para permitir que el “punto de vista” del jugador se moviera a izquierda y derecha dentro de la esfera de un presunto rádar. Taito siguió por ese camino, implementando un joystick más complejo, de dos ejes, en Astro Race (1973), y dos joysticks (uno para mover al personaje, otro para indicar la dirección de sus disparos) en Gun Fight/Western Gun (1975).
Mientras, la consola que pariera Baer, la Magnabox Odyssey de 1972, no incluía un joystick como dispositivo de control, sino un paddle, como la mayor parte de los pongs fabricados por aquel entonces. Una de las primeras consolas que incluyó joysticks fue la Fairchild Channel F de 1976, cuyos mandos (se incluían un par de ellos con el aparato) permiten, al mismo tiempo, mover la palanca en las cuatro direcciones clásicas, y rotarla a izquierda y derecha como sucede con los paddles. Los botones de disparo actuan cuando se presiona la palanca hacia abajo o se tira de ella hacia arriba.
Y luego ya apareció el joystick por antonomasia, el clásico joystick de la Atari 2600 (1976), y se abrió la puerta a todo tipo de diseños más o menos acertados, usables o inusables, absurdos, visionarios, locos. Lo que viene a continuación es un repaso por algunos de ellos que, sin pretender ser exhaustivo, quiere enseñar unos pocos clásicos, otros raros, o los que tenían la publicidad más aberrante. Pero antes, un par de aclaraciones; la primera: las consolas de primera generación, los pongs clásicos, solían incluir paddles como dispositivo de control, salvo algunos casos concretos (los que incluían juegos de tiro al blanco, como los sistemas SD 050/070/090 de Soundic y compañía, o un clásico hispano, el Video Pinball 10 de Mareé Electrónica).
Las consolas de segunda generación se dividieron: la Bally Astrocade conservó el paddle, la RCA Studio II optó por un teclado (¡!), y las Atari, Coleco, Odyssey^2/Videopac y las Arcadia y sus clones incluyeron joysticks. La Intellivision lleva, sin embargo, uno de los primeros pads, y lo mismo se puede decir del mando de la Vectrex: teniendo en cuenta la disposición de los botones y que la palanca se puede controlar con el pulgar, ¡oiga, eso es un protopad!. La consolas de tercera generación ya se lanzaron al pad sin discusión, y lo raro es encontrar un mando específico para Famicom/NES, Master System o Atari 7800 en formato joystick. Y a partir de ahí nuestras queridas palanquitas quedaron desterradas a los salones de recreativas y a los simuladores de aviones.
Segunda aclaración. Al lector le podrá sorprender el nombre con que aparecen referenciados algunos joysticks: “En la caja de mi mando ponía QuickShot, lo recuerdo perfectamente porque estaba comiendo un sandwich de Nocilla cuando me lo trajeron. ¡Y el cateto del redactor lo llama QuickJoy!”. Esto es debido a que las compañías europeas y estadounidenses plantaban su marca en aparatos genéricos importados de China, Hong Kong o Taiwan, diseñados en Occidente o no; y así el Konix Speedking se comercializó en Estados Unidos como Epyx 500XJ, y el Elite Multi-Function 2002 vendido en el Reino Unido es el Sigma Joyboard de la RFA. Nosotros somos ajenos a todas estas decisiones empresariales, ¡no nos culpéis del desatino!
Digital vs Analógico
Los joysticks que solíamos ver en el Estado español, hasta la llegada de los compatibles con IBM PC, eran en su mayoría digitales -quizá con la única excepción de los mandos de Dragon o de Apple II y sus clones.
Grosso modo, en un joystick digital cada movimiento de la palanca se traduce en una pulsación, lo mismo que sucede al apretar una tecla, y por eso el movimiento lo recoge un pulsador. Un joystick analógico, sin embargo, tiene recorrido, es decir, el ordenador o la consola leen el ángulo exacto en que estamos inclinando la palanca; la comparación, en este caso, se puede establecer con los volantes de las consolas, y de hecho un mando analógico, como un volante, funciona con potenciómetros, no con pulsadores. Un juego diseñado específicamente para usar un mando analógico sería capaz de leer la posición de la palanca: empujándola un poco nuestro personaje andaría, llevándola al tope correría.
Era relativamente habitual encontrar mandos analógicos para los Dragon, compatibles PC, Tandy, Apple II, BBC Micro o Acorn, ya fueran Electron o Archimedes (para estos tres últimos, habitualmente de la marca inglesa Voltmace).

El Deluxe Joystick analógico típico de un Tandy CoCo, primo hermano de los Dragon

Joystick analógico Advanced Gravis para Apple II

¡Ojo!, el típico mando de Videopac no era en realidad analógico, sino digital, aunque el tacto invite a pensar lo contrario
Switches y SWITCHES
¿Por qué hay joysticks que se rompen con mirarlos? ¿De qué depende el tacto y la respuesta de una palanca digital?
Los primeros pulsadores eran frágiles e imprecisos. La mayoría era una variación sobre el mismo tema, se parecían al joystick de la Atari 2600: una pequeña chapa cóncava de metal que se apoya sobre la placa donde está dibujado el circuito. Al presionar una de las direcciones de la palanca, o el botón de disparo, la chapita se hunde, toca en el contacto que tiene debajo y cierra el circuito que informa a la consola u ordenador del estado del joystick. Si la chapita se agrieta o se parte, deja de ofrecer resistencia, la palanca ya no vuelve a su posición original y/o deja de cerrar el circuito. Con semejante despropósito de diseño, es fácil imaginar por qué muchos joysticks duraban una o dos partidas.

Las chapitas del Atari CX-40, a la izquierda. A la derecha, la pieza que realiza la misma función en joystick de MHT. Se pueden comprar repuestos de las primeras en varias tiendas online
Todo eso cambió cuando los joysticks domésticos empezaron a incluir pulsadores como los de las máquinas recreativas. Modelos como el Phasor One, los Telemach o los Competition Pro ya montaban microswitches de este tipo, que además tienen una forma y un tamaño estándar, son fácilmente sustituibles cuando se estropean y se pueden encontrar aún en las tiendas del ramo. Así que si estás inmerso en el difícil proceso de elegir un joystick, procura que el que escojas lleve micropulsadores de recreativa: nunca más volverás a recurrir a QAOPespacio.

Pulsadores de recreativa, sueltos y montados en palanca o en botón
Joystick incrustados
Hubo fabricantes a los que les dio por implementar un joystick en el teclado del ordenador. Teniendo en cuenta que los joysticks eran probablemente el periférico que más se estropeaba, la decisión de sus diseñadores no parece muy sabia, a no ser que el mando que incluyeran fuera especialmente robusto; y ninguno de los que vamos a citar lo era.
Spectravideo fue quizá la compañía pionera en este tipo de diseños, ya que metió una palanca en lugar de las teclas de cursor en su SV-318 de 1983; dicha palanca desapareció en los modelos sucesivos de la marca. Al año siguiente fue Sony la que lanzó una serie de MSX, los Hit-Bit 101/201/501, en los que se podía incrustar una palanca en medio de la cruceta de cursores. La cosa tampoco terminaba de ir muy fina, y la palanquita de quita y pon se solía perder irremediablemente.
En 1985, tras un par de años de anuncios en falso, por fin vieron la luz los Enterprise 64/128, que también traían un joystick de serie a la derecha del teclado, sustituyendo a los cursores como en el SV-318; y aunque a primera vista parece menos sólido que los de Spectravideo o Sony, aún funciona muy bien en los Enterprise que continúan vivos hoy día. Por último, la compañía húngara Videoton comercializó a partir de 1983 la serie de ordenadores TVC, con un diseño basado en los Enterprise, joystick incluido; pero la de los TVC era un desastre, no respondía bien ni cuando los ordenadores estaban nuevos.

Sony HB-101

Enterprise 128

Videoton TVC-32